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El Arte de la Conversación (2º parte)

“Reúnete con sabios y serás sabio”

Proverbio


Desde una perspectiva más contemporánea, señalaremos siete puntos interesantes para iniciarse en el noble arte de la conversación.


1- Estar presente.

Es importante dejar de lado tanto el móvil, la televisión, el ordenador, como aquellos pensamientos que son ajenos a la conversación. Evitar cualquier cosa que nos distraiga. Si estás ausente, en “piloto automático”, viajando por “valles lejanos”, no solo tienes poco respeto por las otras personas, sino que tampoco vives el instante. Estas dormido. No eres consciente ni de ti ni del otro.


2- Hablar con consciencia.

Para poder hacer un arte de la conversación, debes estar consciente de aquello que dices. Las palabras tienen un efecto en los demás y en nosotros. Se necesita ser cuidadoso y es mejor pensar en forma útil, evitando el “hablar por hablar”. Hablar “del tiempo” para llenar el momento, comentar asuntos triviales sin contenido, criticar o chismorrear, ofreciendo una conversación de palabras vanas y vacías, no es conversar con arte. Si no se tiene nada que decir, es mejor callar y escuchar. En todo caso, si una conversación está completamente vacía, en “punto muerto” y es imposible re-orientarla (evidentemente, poniéndose de acuerdo con la otra persona), es mejor abandonarla.

3- Saber escuchar.

El arte de la conversación se resume en una idea básica: interésate por los demás. Algunas personas, especialmente egocéntricas, intentan controlar la conversación y no escuchan. Interrumpen, levantan la voz, menosprecian. También hay individuos que, cuando no quieren ser confrontados, dejan de prestar atención, intentan desviar la conversación o se “van por las ramas” para evitar tocar un tema en particular. Si haces esto, no eres un buen conversador. Tal vez lo haces por miedo o por narcisismo, pero para los demás resulta desagradable y descortés. Además de significar una falta de aprecio por aquello que la otra persona tiene que decir, denota poca elegancia.

Existen diferentes maneras de escuchar: puedes participar en forma muy activa (aportando reflexiones), de manera empática, permitiendo que las emociones jueguen un papel importante, también en forma pasiva, evitando prejuicios, o bien seleccionado aquello que puede contribuir a mejorar la conversación. Pero siempre es importante valorar la presencia de la otra persona. Recuerda que toda conversación es un encuentro. O al menos eso se espera.


4- Aprender de los demás

Todos tenemos nuestras impresiones y opiniones, pero el hecho de formar parte de una conversación, implica que debemos dar espacio también a las opiniones de los demás. Si nos interesamos por ellas, también nos permitimos aprender y descubrir otras perspectivas. Mantén tu mente abierta y prepárate para disfrutar de nuevas ideas.


5- Saber preguntar.

Es bueno abrir o continuar una conversación con preguntas concretas sobre quién, qué, cuándo, dónde, por qué o cómo. También es mejor hablar de aquello que conocemos y, cuando ignoramos un tema en particular, es preferible callar y admitir nuestro desconocimiento. Sé prudente.

6- La Elegancia de la palabra:

Evita ser repetitivo, porque puedes aburrir a los demás. Evita centrarte en demasiados detalles, estos no importan tanto. Importa más aquello que te une a los demás. Evita los chismes, la crítica (destructiva), el hablar mal de otra persona (esté presente o no), incluso, evita también el hablar mal de ti mismo (excepto que hagas “un poco de humor” sobre los defectos de tu personalidad). Elogia siempre que puedas. Evita la vulgaridad y la palabra soez. Desarrolla tu sentido del humor.


7- Construir con otros:

Es posible conversar de cualquier tema, solamente hay que tener en cuenta como lo hacemos. Se ha perdido la capacidad de argumentar nuestras posiciones sin atacar; de debatir los argumentos sin cuestionar el carácter. Esto suele ocurrir mucho en los debates modernos (especialmente en el mundo de la política): se intenta destruir el discurso del otro para hacer prevalecer el propio.

En este sentido, sería interesante orientar nuestras conversaciones en forma constructiva. Es mejor tomar el discurso del otro como una piedra más en la “arquitectura” de la conversación. No ataquemos, maticemos. Hagamos un aporte a la palabra de los demás en aras de construir algo rico y novedoso. Si un discurso nos “chirría”, podemos recurrir a la lógica y la retórica para mostrar las falacias de aquello que otra persona expone, pero (y esto sería lo ideal), con la intención de aportar algo nuevo, otra perspectiva que enriquezca, no para hacer prevalecer nuestra opinión como si fuese superior a la otra y la única verdadera. Evidentemente, este punto presenta cierta controversia cuando hablamos de valores. Pero esto es tema para debatir en otro post.


Leonardo Golia Vincent


Bibliografía:

-https://www.protocolo.org/social/urbanidad/reglas-de-la-conversacion.html

-Celeste Headlee- exosición TED- “10 reglas útiles para mantener mejores conversaciones” (www.elartedepresentar.com).



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