top of page

Poesía Pipera II

Una sorpresa

Evaristo Carriego

Hoy recibí tu carta. La he leído

con asombro, pues dices que regresas,

y recibí tu carta. La he leído

con asombro y aún de la sorpresa no he salido...

¡Hace tanto que vivo sin sorpresas!


Que por fin vas a verme.... que tan larga

fue la separación ... te lo aconsejo,

no vengas, sufrirías una amarga

desilusión: me encontrarías viejo.


Y como un viejo, ahora, me he llamado

a quietud, y a excepción —¡siempre el pasado! —

de uno que otro recuerdo que en la frente

me pone alguna arruga de tristeza

no me puedo quejar: tranquilamente

fumo mi pipa y bebo mi cerveza.



Por la ausente

Evaristo Carriego


Fuma de nuevo el viejo su trabajosa

pipa y la madre escucha con indulgencia

el sabido proceso de la dolencia

que aflige a una pariente poco animosa.


El muchacho concluye la fastidiosa

composición, que sobre la negligencia

en la escuela le dieron de penitencia,

por haber olvidado no sé qué cosa...


Y en el hondo silencio que de repente

como una obsesión mala llena el ambiente,

muy quedo la hermanita va a comenzar


la oración, noche a noche tartamudeada,

por aquella perdida, desamorada,

que hace ya cinco meses dejó el hogar.







33 visualizaciones0 comentarios

Entradas Recientes

Ver todo
bottom of page