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Rememoración I: Dimitri Ivánovich Mendeléyev

Dimitri Ivánovich Mendeléyev, nació el 1 de febrero de 1834 en una aldea siberiana llamada Tobolsk. Fue el último de los 17 hijos del director de la escuela local. Su abuelo, en 1787, había instalado la primera tipografía siberiana y fundando el primer periódico de la región. Se sabe también que su madre provenía de una familia de emprendedores que habían creado la primera industria del vidrio. Al poco tiempo del nacimiento de Dimitri, su padre quedó ciego y debió abandonar el trabajo, fue entonces cuando su madre volvió a abrir la pequeña industria de vidrio, que antes había sido abandonada. Tobolsk era un centro de exiliados políticos y condenados. Una hermana de Mendeléyev se casó con un prisionero político deportado a consecuencia de las revueltas de 1825. El pequeño Dimitri recibió de él las primeras lecciones en ciencias naturales y adquirió las nociones de física y química iniciales que tan importantes fueron mucho más tarde.



Las condiciones sociales y políticas de la Rusia de la época no ofrecían grandes posibilidades a Mendeléyev que había obtenido una plaza de maestro en Crimea. Obtuvo permiso para estudiar en Francia y Alemania. En París trabajó con Henry Reynauld y en Heidelberg, en el laboratorio de Robert Bunsen y Gustav Kirchhoff, con quienes participó en trabajos de espectroscopia. De vuelta a San Petersburgo, después del congreso de Karlsruhe, donde había participado en las conferencias de Cannizzaro y leído sobre las tablas de los pesos y medidas de Berzelius, Mendeléyev retomó la tabla de John Newlands sin preocuparse por respetar la regla de la octava. Ordenó los diferentes elementos de manera que, los pertenecientes a una misma columna vertical, tuvieran todos, la misma valencia. Por ejemplo, el telurio (peso atómico 127, 6 que posee valencia 2) quedó situado antes que el yodo, (peso atómico 126, 9, valencia 1). Una vez completada la tabla, Mendeléyev observó que había cierto número de espacios vacíos entre los diferentes elementos y, en vez de considerarlos como una imperfección, lanzó la hipótesis de que esos espacios debían ser ocupados por sustancias que estaban aún por descubrir. Indicó con desconcertante precisión, tres espacios vacios que se encontraban inmediatamente debajo del Boro, el Aluminio y el Silicio. Estas tres casillas corresponderían a tres elementos desconocidos que bautizó como eka Boro, eka Aluminio y eka Silicio. También predijo sus características.


La comunidad científica cogió escepticismo la noticia. En 1875 el químico francés Paul Emile Lecoq de Boisbaudran descubrió en un mineral de cinc hallado en los Pirineos, un nuevo elemento que en honor a Francia fue denominado Galo. Los sucesivos análisis demostraron que las características de esta sustancia se ajustaban al eka Aluminio. Lo mismo sucedió cuatro años después cuando el químico sueco Lars Friedick Nilson descubrió el escandio (bautizado así en honor a Escandinavia) y cuando el alemán Alexander Winkler aisló el germanio. Se trataba, respectivamente, del eka Boro y el eka Silicio.

El sistema de Mendeléyev siguió siendo válido aun cuando se descubrieron algunos elementos para los cuales no parecía existir lugar en la tabla periódica; fue el caso de las llamadas tierras raras y los gases nobles. En su honor, al elemento 101 se le bautizó como Mendelevio.

Mendeléyev falleció en San Petersburgo en 1907. Quedará en nuestra memoria junto a Julius Lothar Meyer, el otro padre de la tabla periódica de los elementos.


Pipa Memorable

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